El café es,
junto con el té, una de las bebidas más consumidas en el planeta. Se calcula
que se toman alrededor de un millón y medio de tazas cada minuto. No existe
actualmente ningún país en el que no se beba, aunque la forma de prepararlo y
acompañarlo definitivamente cambia de un lugar a otro. En México por ejemplo se
consumen casi dos kilos de café por persona al año. Y aún así la mayoría de las
personas están poco informadas acerca de las características de este brebaje y
de la planta de la cuál provine. Afortunadamente estamos en una época en la que
cada vez hay más gente seriamente interesada en aprender y desarrollar un buen
paladar para detectar el buen café. Pero, ¿qué hace a un café bueno en primer
lugar? Hoy les traigo cinco consejos que les ayudarán a desechar algunos mitos
y a tener una idea más clara sobre lo que debemos buscar en una taza de café.
Muy amargo.
La idea de que el
café debe ser siempre lo más amargo posible es muy común y aunque en efecto el
grano por sí mismo tiene cierta amargura, nuestra bebida no debe ser fuertemente
amarga. Si causa una sensación desagradable en la parte de atrás de la lengua
probablemente ya es demasiado. El café puede tener exceso de amargura si está
sobre extraído o si está recalentado o quemado. Naturalmente su sabor debería
tener cierta acidez y una suave dulzura.
Muy caliente.
Ya comenté esto
al hablar del café y la salud en otro artículo, pero vuelvo a decirlo: el café
no debe estar demasiado caliente. La temperatura ideal para prepararlo ronda
los 96°C pero es perfectamente aceptable hacer un café para beberlo tibio.
Evita a toda costa hacerlo con agua hirviendo, ya que esto quemará el café y llevará
a una sobre extracción, arruinando hasta el mejor de los granos.
Muy dulce.
Una buena pista
para saber si un café es de calidad es que no necesita azúcar. Igualmente una
forma de reconocer a un buen conocedor del café es que lo pide sin azúcar. A
excepción de ciertas bebidas específicas cuya receta incluye endulzantes, como
el café de olla o el canadiense, el azúcar no debería ni siquiera estar sobre
la mesa.
Muy natural.
El café orgánico
está muy de moda últimamente y cada vez lo puedes encontrar en más lugares. Si
eres como yo y te importa el cuidado del ambiente, es una buena opción, ya que
se cosecha sin usar fertilizantes y pesticidas artificiales que pueden alterar
los ecosistemas y contaminar. Sin embargo un mito muy común es que el café orgánico
es automáticamente de mejor calidad; esto no es necesariamente cierto, la
riqueza del grano puede variar tanto como en los cafés no orgánicos y depende
de muchos otros factores. Algunos son excelentes en su sabor y otros no tanto.
Seguramente has
oído decir que un café es de altura. Pero, ¿sabes qué significa esto? Este término
se refiere literalmente a que el grano se cosechó a cierta altura por encima
del nivel del mar. En este caso las condiciones sí afectan directamente en la
calidad del café, ya que una mayor elevación da una buena acidez y un sabor más
rico. En México se considera café de altura a aquel cosechado a partir de los
900 metros sobre el nivel del mar.
El mejor consejo
que puedo darte es que pruebes muchas distintas bebidas en buenas cafeterías
para que vayas acostumbrando tu paladar al buen café, definas tus gustos
particulares y empieces a notar las diferencias. No temas hacer preguntas a tu
barista acerca de lo que estás pidiendo, en especial si estás en una cafetería
de especialidad, ya que en la mayoría estarán encantados de explicarte. Pero lo
más importante, nunca olvides disfrutar cada trago.
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