La
Feria Internacional de las Culturas Amigas es un evento anual que se
lleva a cabo en el centro de la Ciudad de México. En ésta
participan diversos países con muestras culturales, artísticas y
gastronómicas, que van desde la exhibición y venta de artículos
provenientes de su país, hasta muestras de música y danza, y por
supuesto comida típica. De hecho este fue el primer año en el que
se separó la parte culinaria se realizó en la plaza de Santo
Domingo, mientras que el resto del evento se llevó a cabo en el
Zócalo.
Por
supuesto entre todos los productos y platillos internacionales se
encontraba el café. México es uno de los mejores productores de
este grano en el mundo, sin embargo siempre es interesante probar el
de otros lados. El café adquiere características distintas con base
en el entorno en el que crece la planta; factores como la altura, la
humedad y el tipo de suelo pueden otorgar al café sabores muy
variados. Además la forma de preparar las bebidas cambia de un país
a otro.
Frappe estilo griego.
Esta
feria es un buen lugar para hacerlo, aunque hay una principal
desventaja: el espacio que tienen los expositores es limitado, al
igual que el uso de electricidad; por eso no les es posible tener una
buena cafetera y un molino. Esto causa que el café que vendan sea
molido y preparado previamente y lo sirvan recalentado a lo largo
del día. Naturalmente esto disminuye la calidad de la bebida. Otro
problema es que los stands de unos cuantos países no le dan
importancia al café y ofrecen, si a caso, café local en lugar de
mostrar el que proviene de su tierra.
Café sueco Fika,
Pese
a todo esto hubo algunos que vale la pena mencionar. Como era de
esperarse, el café colombiano está entre ellos; de sabor fuerte y
cuerpo balanceado, este café era de la Selección Especial de una
conocida marca de Colombia llamada Oma, que además tenían a la
venta por kilo. En segundo lugar estaba el café sueco Fika, que
comienza a introducirse en el mercado mexicano y tiene un sabor suave
y dulce, con un aroma sorprendentemente fuerte con notas frutales.
Por otro lado en el stand de Grecia ofrecían un frappe que,
aunque estaba hecho con productos mexicanos, estaba preparado en
shaker con hielos y leche, al estilo griego. Pero
definitivamente el mejor café de la feria fue el Marley Coffee,
proveniente de Jamaica. Esta excelente marca de café orgánico de
altura es desde hace tiempo mi primera opción para tener en casa. En
esta ocasión tenían preparada la variedad Mystic Morning, con un
aroma que recuerda al chocolate, buen cuerpo y notas ligeramente
especiadas; además había a la venta algunos otros, como One Love y
Buffalo Soldier.
Marley Coffee de Jamaica.
Entre
los países que deberían haber tenido buen café y
no lo hicieron está Italia, que ni siquiera ofrecía esta bebida.
Tampoco encontré nada novedoso entre los stands de medio
oriente, ya que la mayoría servía café de Jekemir, marca mexicana
de café libanés. Probablemente lo mejor en la Feria de
Internacional de las Culturas Amigas no es ir a degustar café ahí
mismo, sino la posibilidad de comprar café en grano proveniente de
diferentes partes del mundo. Ojalá en años próximos los
expositores se decidan a mostrarnos nuevos cafés traídos de los
rincones más remotos de todo el mundo.
Café Oma de Colombia.
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