miércoles, 10 de mayo de 2017

Toma café de forma saludable

Mucho se ha hablado recientemente de las propiedades benéficas del café. Es antioxidante y diurético, reduce el riesgo de enfermedades del hígado, diabetes y Alzheimer, ayuda a estar más activo, combate el dolor de cabeza y las migrañas, en fin, hay muchos puntos a favor. Recientemente la Organización Mundial de la Salud declaró que el café no es un agente cancerígeno. Pero como cualquier otro alimento también puede tener repercusiones y todo depende, por supuesto, de cómo y cuánto se consuma. Aquí tienes algunas recomendaciones que te ayudarán a seguir disfrutando de esta maravillosa bebida y que al mismo tiempo sea lo mejor para tu salud.

Checa la temperatura: como dije la OMS sacó al café de la lista de cancerígenos debido a que éste no contiene ninguna sustancia relacionada con dicha enfermedad. Pero se hizo hincapié en que el hábito de tomar bebidas demasiado calientes puede causar cáncer. Esto incluye también tés, tisanas, leche o cualquier otro liquido. Así que pide o prepara tu café tibio, ¿quién dice que tiene que estar hirviendo para estar perfecto?

Lleva la cuenta: como ocurre con la mayoría de las cosas que consumimos, hay que tener un límite. Como dicen, todo en exceso es malo. En el caso del café, puede provocar irritación en el esófago y estómago y elevación de la presión y del colesterol, entre otras cosas. La cantidad recomendada suele ser aproximadamente de tres tazas al día, aunque puede variar. Lo mejor es consultar a tu médico.

Combustible para el gimnasio: beber café antes de hacer ejercicio tiene muchas ventajas. En primer lugar te dará un boost de energía para rendir más en la actividad física que vayas a realizar. En segundo lugar la cafeína te ayudará a transformar los lípidos en carbohidratos, hará más fácil la quema de calorías y además puede ayudar a evitar la fatiga muscular. Pero ten en cuenta que hacer ejercicio con el estómago lleno puede no ser buena idea, así que tómate tu café unos 40 minutos antes o elije un espresso que será menos pesado.



La calidad sí importa: el café viejo, demasiado tostado, recalentado o sobre extraído puede resultar mucho más irritante. Si optas por café de alta calidad, fresco, con un tueste adecuado y una preparación buena seguro no tendrás repercusiones negativas.

Sin azúcar, por favor: relacionado con el punto anterior, un buen café realmente no necesita azúcar, ya que tiene una dulzura por sí mismo. Con frecuencia solemos ponerle azúcar para disfrazar el sabor amargo de un mal café, pero a excepción del café de olla, esta bebida no debería endulzarse. Esto es importante porque en muchas ocasiones no es el café el que nos hace daño sino el exceso de azúcar que consumimos en la vida diaria.



Para los intolerantes: muchos de nosotros somos, en menos o mayor medida, intolerantes a la lactosa. El chorrito de leche que lleva nuestro café puede ser suficiente para complicar nuestra digestión. Por otro lado, ¿quién no disfruta de un buen capuccino? Afortunadamente hoy en día la mayoría de las cafeterías ofrecen opciones de leche deslactosada o vegetal. Un consejo, las leches vegetales, como la de almendra, soya o coco, no permiten un buen cremado al momento de hacer un latte o un capuccino; en este caso te recomiendo deslactosada. Pero si se trata de un americano con un poquito de leche, cualquiera de las vegetales que mencioné quedarán perfecto.


En conclusión, aprovecha lo bueno que te trae el café, disfruta su maravilloso sabor y aroma, pero cuida tu salud mientras lo haces, para que puedas seguir tomándolo el resto de tu vida.  

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