Su
exposición nos muestra los orígenes del grano y todos los procesos
por los tiene que pasar antes de llegar a nuestra taza; nos explica
la composición , las variedades y sus características, al igual que
un poco de la historia de su consumo. Además, este lugar alberga la
sala audiovisual Senderos del Café, así como una barra de café
completa y un área con mesas. Adicionalmente, el Museo del Café
abre un espacio a exposiciones temporales, por ejemplo de fotografía.
Ya que
se trata de un espacio muy interactivo, ofrece diferentes cursos
relacionados con el café, como talleres de catación, de barismo,
arte latte y demás, a precios realmente accesibles y dirigidos a
todo público. También hay actividades culturales constantes, como
sesiones de café y poesía, cine-café, música, etc. El personal,
además de estar bien informado, está siempre en disposición de
hacer todo lo posible por ayudarte, resolver tus dudas y hacer tu
visita muy agradable. La meta de este museo es divulgar todas las
tradiciones que rodean al café, compartir los conocimientos acerca
de éste y dar a conocer su riqueza. Si vives en este hermoso estado,
te recomiendo que te tomes un rato para visitar este museo. Y si eres
un turista, definitivamente deberías agregarlo a tu plan de viaje.
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