miércoles, 13 de septiembre de 2017

Viva el café de México

Con el Día de la Independencia de México tan cerca, en esta ocasión decidí hablar del café mexicano. Sabemos que este país es uno de los productores de café más reconocidos a nivel mundial y que su producto puede ser de muy alta calidad. La zona en la que se siembra es principalmente el sureste; los estados con una mayor importancia, tanto por cantidad como por reconocimiento de la excelencia de su grano, son Chiapas, Veracuz y Oaxaca. Desde luego que hay muy buen café cosechado en otras partes, que incluso llega a superarlos. Pero en términos generales, estos tres estados son los que tienen más nombre a nivel nacional y mundial en la industria cafetera. Hoy les voy a hablar de las características más destacadas de cada uno de estos cafés, para que tengan una idea de qué pueden esperar al pedir una taza o comprar una bolsa de café tostado que provenga de alguno de estos tres lugares.



Chiapas
Este grano se introdujo a territorio chiapaneco aproximadamente en 1847, gracias a Gerónimo Manchinelli. Las primeras grandes fincas se fundaron en la segunda mitad del siglo XIX. La mayoría del café que se produce en este estado es café de altura, ya que los sembradíos se encuentran comúnmente en zonas elevadas de la selva, por lo que estamos hablando de mucha humedad. También la mayor parte es café orgánico, ya que por las condiciones usualmente no es necesario usar pesticidas ni fertilizantes químicos. El sabor de este café oscila entre las notas de nuez, caramelo y chocolate, aunque también llegar a tener sabores herbáceos y vegetales. Su amargura es más destacada que en otros granos.



Veracruz
Este estado fue uno de los primeros lugares en américa donde se crearon cultivos de café. Gabriel Mathieu du Clieu jugó un papel importante en la introducción de esta planta al país y a Veracruz específicamente, alrededor de 1800. El grano veracruzano es tan prestigiosos fuera de México que se le otorgó rápidamente la denominación de origen; es decir que se considera que sus características se deben específicamente al sitio donde se produce y procesa, debido a las particularidades del entorno. Se trata de un café con una marcada acidez y una dulzura usualmente baja. Sus notas suelen ser frutales, especialmente cítricas, así como florales.



Oaxaca
El café comenzó a sembrarse a gran escala en Oaxaca hasta 1873, cerca de San Isidro del Camino. A partir de ahí y hasta 1880, diversos pueblos del estado empezaron a sembrar café en un intento de impulsar su economía, hasta que finalmente el café se convirtió en un producto estable en esa zona. Sin embargo antes de eso ya era habitual que los indígenas cultivaran plantas de café en la sierra. Éste es un café muy aromático, con un excelente balance entre amargura, dulzura y acidez. Con frecuencia tiene notas especiadas, como a nuez moscada o clavo, aunque también pueden llegar a ser frutales.


Así que todos los cafeteros mexicanos debemos sentirnos orgullosos de la calidad de nuestro café. Y todos los extranjeros que comparten con nosotros este gusto, deberían acercarse a probar los diversos granos que México ofrece. En estos días patrióticos en los que preparamos chiles en nogada, pozole y otras delicias mexicanas, no debe faltar en tu mesa un buen café.

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